El escritor latino Horacio arremete en su Arte poética contra los pomposos proemios que algunos autores escriben para abrir con ellos obras mediocres ganerando en el lector expectativas que no se verán cumplidas.
Horacio lo expresa con una frase que ha hecho fortuna, al menos en nuestro blog: “Parturient montes, nascetur ridiculus mus”. Parirán los montes, nacerá un ridículo ratón.
Parece que Horacio aludía a la fábula II, XXIV de Fedro, que reza así:
MONS PARTURIENS
Mons parturibat, gemitus immanes ciens,
eratque in terris maxima expectatio.
At ille murem peperit. Hoc scriptum est tibi,
qui, magna cum minaris, extricas nihil
Un monte mientras paría lanzaba unos enormes gemidos,
y en la tierra había una enorme expectación.
Pero el monte parió un ratón. Esto ha sido escrito para ti,
que, aunque amenazas con grandes males, no haces nada
Félix María Samaniego, fabulista español del siglo XVIII, tomó este argumento para una de sus fábulas que nos cuenta así:
FÁBULA XV
15. El parto de los montes
Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales;
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor a los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron,
Un ratoncillo fue lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas
Estilo fanfarrón y campanudo
Nos anuncian ideas portentosas;
Pero suele a menudo
Ser el gran parto de su pensamiento,
Después de tanto ruido sólo viento.
En definitiva, se habla del parto de los montes cuando esperándose algo grande y espectacular lo que ocurre es nimio.
1 comentarios:
Bueno, bueno... todo depende del cristal con que se mire (quien no se consuela es porque no quiere) no hay que caer en la desesperanza. los ratoncillos pueden ser muy "tiernos" (para según quien... en fin creo que estoy optimista
Publicar un comentario